La infelicidad |Cuento

Estaba hundida, sumida en un conflicto mental, talque el opaco cristal a través del cual observaba su vida le impedía contemplar sus opciones de futuro, averiguar cuál sería el camino menos duro, para superar ese infranqueable muro por el cual trepar desde lo más profundo de ese odioso pozo oscuro, en el que la tristeza la sumía, hasta la superficie de ese mundo que asumía alumbrado por un soleado día que veía sin poder luchar anclada en la agonía y sin casi darse cuenta se vio envuelta en una manta blanca y fría, que traía más problemas, que la aislaba de los demás y que hacia los enigmas, que en el pasado adornaron su piel, fueran sólo dulce miel, comparados con los que esa hielen su mente dejó grabados como emblemas. Intentó ahogar sus penas en alcohol, noches de fiesta que unían una puesta con otra puesta de sol, creía tener el control pero sólo la mente, su mente respondía si recibía diariamente la dosis que le volvía a sumergir en ese frasco de formol que la mantenía en esa vía con atasco y la destruía. Decidió tirarlo todo a la basura y arreglarlo por la vía rápida, pues la única cura requería una fuerza de voluntad, que ella ya no tendría que reunir si permitía su alma partir para que su cuerpo pudiese dormir por siempre bajo una lápida; esa decisión no era la válida pero que era casi imposible superarlo era verdad.


Hay partes de una de las canciones de "Zenit"

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